Acerca de mí

Hay muy poco que decir de mí. Soy un tipo muy normal, la verdad. Quizá soy más normal de lo que me gusta tener que aceptar. Es cierto que tengo un pequeño problema, pero también que estoy intentando corregirlo. No hace de mí lo que soy, pero si ha hecho que me ponga a escribir un blog.

Aficiones tengo pocas, pero las que tengo me definen mejor que mi trabajo o mis apellidos. Me gusta ir en moto desde que tengo uso de razón. Me encanta la sensación de descubrir una nueva carretera y si puede ser, si estoy suficientemente lejos, no saber dónde estoy. Me encanta estar perdido.

Me gustan las personas porque las personas son sorprendentes. La sociedad es mezquina y previsible; somos lastimosos como colectivo. Pero los individuos pueden llegar a deslumbrarte si tienes el valor de mirar y escuchar. Algo que disfruto aunque mi gran defecto puede ser que quizá esté esperando mi turno mientras lo hago.

Me gusta la literatura porque me hace sentir cosas que no he podido vivir. Leo y escribo cuando puedo y no creo que tenga que justificarme por ello. Lo que leo lo elijo por referencias y lo que escribo… la verdad es que no sé muy bien lo que escribo y para qué lo escribo.

Y me gusta el agua. Quizá no dedico el mismo tiempo que al resto, pero un rato en el mar, el río o la piscina pueden hacer de mí un niño feliz. Me quedo callado, quieto, mirando el mundo como se refleja porque mirarlo de frente es para los valientes.

Viajo desde hace mucho tiempo. Sobre todo por nuestro país. Me considero afortunado por haber podido comer pulpo en Galicia, solomillo en Euskadi y pescado en Sanlúcar de Barrameda. Adoro las Baleares como si fueran mi casa y he pasado mis mejores vacaciones en las Canarias. Extraño los pirineos si no los visito cada año y aún tengo la boca abierta de recorrer los Picos de Europa.

Me gusta la carne y el vino, el wisky de Escocia y el Brandy si es de Jerez. De los dulces puedo olvidarme si me lo propongo pero soy un esclavo reconocido del café. No bebo agua porque la guardo para bañarme y porque los refrescos sin azúcar también me quitan la sed (dientes rechinando).

Y estaré por aquí los próximos meses si me necesitas.

3 comentarios:

Eigus dijo...

"Me gustan las personas porque las personas son sorprendentes. La sociedad es mezquina y previsible; somos lastimosos como colectivo. Pero los individuos pueden llegar a deslumbrarte si tienes el valor de mirar y escuchar. Algo que disfruto aunque mi gran defecto puede ser que quizá esté esperando mi turno mientras lo hago." AMEN!

Un buen preplaya dijo...

Me alegro de encontrar gente de acuerdo con esto... Cuesta tanto encontrar gente que aún tenga fe en la especie humana. Motivos no les faltan, lo reconozco. Pero es que cada vez que le doy la oportunidad a alguien me demuestra que ha valido el tiempo que he dedicado a concerlo. ¿Como era aquello del anuncio de Acuarius? El ser humano es maravilloso.

Lástima que como grupo seamos tan malipulables...

Unknown dijo...

vuelve..

Publicar un comentario