lunes, 22 de agosto de 2011

Hasta el año que viene

Que todo lo bueno termina es algo que sabemos desde que nacemos y que no voy a intentar justificar. Se terminó. Sí, sí, se terminaron las vacaciones. Han sido geniales, he disfrutado y reído tanto como esperaba y vuelvo a la rutina y el trabajo con renovadas energías.



Cambié la montaña y el verde de Suiza por los campos de cereales y olivos de Andalucía. Los pinos por los olivos y las encinas y la cicoria por el jamón de bellota. Y no ha sido un mal cambio.






El mundo me ha demostrado una vez más que rebosa belleza. Da igual si vas al norte o al sur, o si te quedas cerca de tu casa; la belleza está ahí delante para ti. El contraste con Suiza ha sido arrollador por paisaje, por comida y, sobre todo, por sus gentes.

He tenido la oportunidad de charlar largo y tendido con gente del campo y me ha parecido una experiencia fantástica. No sé si alguien es consciente del conocimiento que atesoran las personas que han aprendido a vivir de la tierra pero tengo que reconocer que me sorprendió hablar de estrellas con agricultores: “cuando esas tres estrellas están alineadas es cuando hay que plantar nosequé” o “tengo que regar nosequecuantos porque el viento está girando al oeste”.

Y seguro que hay una explicación científica para todo, pero ellos no la necesitan. Saben cómo cuidar las plantas, como ayudar en los partos de los animales y como vivir sin la contaminación ni el estrés que adornan nuestras vidas. ¿Quién necesita internet o televisión así?



Pero no todo es campo y monte. Aproveché mi visita para tachar una deuda pendiente de la lista. Visité Granada y la Alhambra. Y no debería haber visitado nada antes. Porque la Alhambra es la Alhambra. Algo indescriptible por incompetencia propia y por justicia. Su nombre es suficiente y mezclar adjetivos no sería más que ensuciarlo. Puedo decir que nunca había visto nada parecido y recomiendo a todo aquel que no la haya visitado que se lo apunte a fuego en la memoria. No se puede morir sin visitar la Ahlambra.







Como tampoco se debería perder la oportunidad de aprovechar la visita a Granada. Su Catedral es sencillamente impresionante. Tengo tentaciones de decir que es la más espectacular que he visto pero debería rebuscar en la memoria durante mucho tiempo para ser justo con mi comentario. Me conformo con enseñaros sus columnas y recomendaros la visita. Granada os espera. 


En cuanto a lo mío… bien. Supongo que toca ser valiente. En mi semana Andaluza sólo he perdido cuatrocientos gramos. No entiendo muy bien porque ya que seguí la dieta incluso mejor que en Suiza y también anduve casi cada día. Supongo que será porque la semana anterior perdí más de tres kilos y que el cuerpo tiene sus ritmos. No le daré más importancia.


A lo que sí se la doy es a los diecisiete kilos perdidos en las diez semanas que llevo con esto del Dukan. Estoy contento con el resultado pero más aún con mi estado de ánimo. Estoy muy contento y me siento con muchas ganas de seguir con esto; me está resultando muy sencillo.

Esperaré a que Jatapé aparezca por aquí y me recomiende su programa de gráficas para poner la mía. Creo que va siendo hora de definir mejor los objetivos.

Un abrazo

5 comentarios:

Jotapé dijo...

Joer, nen que pedazo de fotos!! me recuerdas cuando éramos jóvenes y corríamos por algunos lugares de españa y mi reflex en mano, sin niños... aissnnnn qué tiempos, siempre pienso que deberíamos haber disfrutado un par de años más sin niños... en fin... que me gusta tu visión de las cosas y lo que has dicho de la peña del campo, totalmente de acuerdo contigo. Tienen una sabiduría que no nos cabría en nosotros jamás de los jamases...
Turismo rural me encanta por eso, por la relación con la gente y lo que enriquece hablar con gente que se dedican a campo, granja, horticultura, etc.
Haceis bien, disfrutad todo eso que luego viene "otro tipo de disfrute" :P.
Saludos

Un buen preplaya dijo...

Cada época tiene sus cosas buenas, supongo. Intento no gastar ni un segundo de mi tiempo en añorando otras (aunque no lo consigo, je je je). También tendrá su gracia si algún día tengo pequeñajos, pero seguro que todas las fotos se las hago a ellos, je je je.

Yo hace muchos años que intento ir al "mundo rural" cada pocos meses. Es como si mantuviera el contacto con mis raices, que siempre he sido de campo. Y en eses lugares la gente es sorprendente y maravillosa cuando la escuchas. ¡anda! como en cualquier lugar del mundo.

Lo malo es que no solemos escuchar. Me parece que era Luis del Olmo quien decía que si tenemos dos orejas y una boca es porque alguien quería que escucháramos el doble de lo que hablamos. Me parece que no lo solemos cumplir...

Y una cosa más... ¿con que programita haces las gráficas? Empieza a ser el momento de poner las mías, je je je. Ya verás que chulas.

Jotapé dijo...

Te envié un mail al que sale en este blog. Es el programa graphs o algo así. Te envié el link. Si no lo ves, me lo dices. Te sale mi correo por si algún necesitas algo y así no esperas a que aparezca.

Un buen preplaya dijo...

Lo he visto. Muchísimas gracias.

Ahora tengo que preparar la grafiquilla para que se vea que mi reto es la magnitud suficiente, je je je.

Un abrazo

ps: ahora nos tenemos controlados por correo, je je je

Anónimo dijo...

Wellcome :)

Las fotos, superchulas ;)

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