martes, 23 de agosto de 2011

Semillas. Parte VI


El mundo está lleno de profetas

Y de esos profetas, unos merecen ser escuchados y otros no. Algunos gritan como si les fuera la vida en ellos, otros susurran su mensaje conscientes de que quien quiera, llegará a él de todos modos. Es responsabilidad de cada uno elegir sus profetas y hacerlos callar cuando lo crea conveniente.

Hace poco escribía que una de las cosas de las que me siento orgulloso es de ser capaz de quedarme las ideas buenas que encuentro vengan de donde vengan. A veces vienen de una película, a veces de una novela y a veces de un libro de ensayo. Son ideas que yo considero poderosas por la influencia que pueden ejercer en mí mismo pero que no dotan de credibilidad al mensajero. 


Creo en perdonar setenta veces siete, por más que no crea en Jesucristo. Creo en el Buda que llevamos dentro, por más que deteste la figura de Osho. Me gustan muchas ideas sobre las que giran multitud de libros por más que no sean más que propaganda barata.

También me gusta este pequeño dialogo de una película americana llamada Coach Carter. Pocos sabrán que Nelson Mandela usó estas palabras en su discurso de toma de poder citando a una escritora americana (Marianne Williamson). Para algunos será genial, para otros absurdo y para otros inútil. Pero eso es algo que yo no puedo cambiar.


"Nuestro mayor temor no es ser inadecuado. Nuestro mayor temor es que somos poderosos sin medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad lo que más nos asusta.
Si vives tímidamente no servirás al mundo. No tiene nada de bueno el encogerse para que la gente no se sienta insegura a tu lado. Todos estamos destinados a brillar, como los niños. No solo algunos de nosotros, sino todos. Y al dejar que nuestra luz brille, inconscientemente les damos permiso a otros para hacer lo mismo. A liberarnos de nuestros miedos, nuestra presencia automáticamente libera a otros"

Marianne Williamson / Nelson Mandela / Coach Carter

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