jueves, 23 de junio de 2011

El pan nuestro de cada día


Ayer leí un comentario muy interesante en un foro acerca de la adicción a los hidratos de carbono. Yo tengo claro que soy adicto, controlo los temblores por el síndrome de abstinencia hasta límites imperceptibles para el ser humano corriente, pero soy adicto. En épocas de abstinencia he llegado a soñar con una rebanada de pan. O lo que es peor: una pizza. La boca se me llena de saliva sólo con escribir dos zetas seguidas… Vuelvo a lo que iba, que me despisto. En su post, Deborillah hablaba del subidón de azúcar que te da después de una buena ración –porque todas son buenas- de carbohidratos y de que, lógicamente,  eso produce adicción.



(Me han aconsejado que ponga el video también al principio, por si queréis escuchar música mientras leeis y me parece muy buena idea)







Si yo quisiera fundar una religión me inventaría algún mito sobre eso. Diría que los hidratos de carbono son sagrados y que cada vez que los tomes estás en comunión con Dios. Esas cosas venden. Bromas aparte, seguro que alguien recuerda alguna viejecita del pueblo que hacía la cruz con un cuchillo en la parte inferior de la barra de pan antes de cortarlo. Hasta para un ateo como yo, son tradiciones bonitas que se van perdiendo. Que menos que tener respeto por el pan…  

La cuestión es que algunos somos adictos a ellos, a los carbohidratos. Lo sabemos y lo admitimos. Por eso tendimos a culparlos de todos nuestros los males y es lo primero que pretendemos controlar cuando estamos a dieta. Los intentamos controlar hasta borrarlos por completo. Y no me parece mal.

Entre otras cosas soy exfumador. Jamás creí que diría esto, pero lo soy gracias a la ley antitabaco (aparte de a mi tozudez, claro). Dejé de fumar en diciembre y desde entonces no he tenido que toparme con el humo en los bares, ni en los restaurantes ni en la oficina. He podido vivir alejado del humo durante seis meses y eso me ha puesto las cosas bastante fáciles. La ley antitabaco me ha ayudado bastante. Pensad que era fumador de más de un paquete al día. Me pasaba la vida pegado al cigarrillo; encendía uno con los restos del anterior porque siempre necesitaba dos.

A nadie en su sano juicio- menos a Philip Morris, claro- se le ocurriría invitarme a fumar un cigarrillo al día ¿verdad? Lo que debería hacer es mantenerme tan alejado como pueda del tabaco y no volver a probarlo en mi vida.

No puedo cerrar todas las pizzerías y panaderías del país mientras dure mi dieta. Si bien es cierto, creo que el mundo debería hacerlo por iniciativa propia para solidarizarse conmigo. Pero tengo claro que no lo hará. Esto está lleno de ectomorfos egoístas que no piensan apoyarnos en nuestra cruzada; no los necesitamos. Pero ya que no voy a poder evitar toparme continuamente con un compañero de trabajo metiéndose dos palmos de bocadillo de lomo en el cuerpo, lo que no voy a hacer será llenar la casa de hidratos y pretender racionarlos después. ¿En qué cabeza cabe eso?

La última dieta que hice antes del método Dukan fue una hipocalórica de toda la vida. Él médico quería que comiera un poco de arroz todas las semanas. Unos cincuenta gramos me parece recordar. Estamos locos ¿o qué? Sólo le faltaba pedirme que contara los granos. Y la verdad es que fueron cincuenta gramos un par de semanas pero pronto ya no me hacía falta la báscula. Podía “pesar a ojo” los cincuenta gramos y equivocarme cuanto quisiera. Porque todos nos equivocamos ¿verdad?

Ya sé que esa es la forma de educarnos. Que sí, que tenemos que comer de todo, pero no podemos olvidar nuestras prioridades. Las mías al menos. Mi prioridad es perder peso y estar contento y motivado por hacerlo. Una variante del régimen podría ser mirar el bote de galletas durante media hora sin coger ninguna. Eso reforzaría mi fuerza de voluntad. Se lo recomiendo a todo aquel que quiera fortalecer el espíritu. Al llegar a casa por la tarde, con el estómago vacío, que se sirva una infusión calentita y que mire el bote de galletas fijamente durante media hora sin coger ninguna.

Lástima que yo no quiera fortalecer mi espíritu. Yo sólo quiero sentirme bien y perder peso. Por eso me gustan las dietas que prohíben los hidratos. Me gustaron los sobrecitos de proteínas hasta que se me ensanchó la frente y mi cabeza cogió forma de champiñón. Y me gusta el método Dukan de momento. Entre otras cosas, por las tortas de salvado que son una bendición por la mañana. Nadie debería plantearse hacer esta dieta hasta no tener controlado la parte de las tortas. Son algo así como la metadona pero sin prescripción médica.

Esta mañana he tenido que olvidarme de mi ración de metadona. Me la estoy guardando para la noche, que aquí San Juan es de las mayores fiestas del año y merezco un poco de Bizcocho (la mayúscula es premeditada). El bizcocho viene a ser como las tortas pero con edulcorante en lugar de sal y levadura para levantarlo. Y ya sabéis que no sirve la levadura para levantarlo todo.

Como también sabréis, esta fiesta es muy vieja. Se celebraba el solsticio de verano en la época en que las personas no tenían básculas ni contaban calorías. Fue mucho antes de que alguien bendijera el pan. Hacían hogueras para dar más fuerza al sol que desde ese momento empezaba a perder fuerza. Para nosotros, en Cataluña, es como si el verano empezara hoy. Y eso, a orillas del mediterráneo, es una gran noticia. Empiezan las tardes de playa, las noches en las terrazas y las siestas a la sombra. La gente se vuelve más alegre y todo el mundo tiene más ganas de relacionarse. El moreno nos sienta bien a todos y el mundo nos sonríe. Y la verdad es que es un mundo maravilloso.




Esta canción es mi cierre por hoy. Apareció en nuestras vidas por primera vez en los créditos finales de Descubriendo a Forrester y me parece una de las mayores maravillas con las que me he topado. Si  no la conoces, relájate. Verás que la letra la conoces, pero no son Judy Garland ni Louis Amstrong quienes cantan. Espero que puedas darle la razón.

Un abrazo

8 comentarios:

Nyuska dijo...

Una vez más, genial. Me descubro ante tu capacidad para sintetizar sensaciones.
Yo misma me he hecho esa mismas reflexiones muchas veces. Resulta reconfortante comprobar que no he sido la única.
Fantástica la canción y muy adecuada la nueva ambientación.
Nos vemos en el foro.

Un buen preplaya dijo...

Muchísimas gracias por la visita y por el comentario. Es muy agradable.

En cuanto al blog, creí que merecía algo más de luz y me gustó esta plantilla. Espero que sea agradable de leer.

Un abrazo.

Jotapé dijo...

Que bien escribes, chaval...me arrodillo a tus pies!! jeje
Oye, que me he reído mucho con lo de los hidratos de carbono y es que... están tan buenos!!
Pasar por una panaderia es horrible con ese olorcito tan característico que desprende... wow! pero tienes razón, no podemos evitar que lo cierren al igual que la ley antitabaco que prohibe el fumar en muchos sitios. Motivo por el cual no volví a fumar después de intentar dejarlo, total... si no podía fumar en ningún sitio, pues lo dejé. Sin más.
Para saciar un poco esa necesidad de dulces (a los cuales SI soy un verdadero adicto) me hago postres Dukan (natillas, mousses de choco, limón, etc...) y además con los yogures desnatados que existen en el mercado, puedo liberar un poco la presión de la ansiedad por no comer nada dulce.
Es curioso, porque he aplicado a mi dieta actual muchas recetas Dukan pero no he hecho todavía las tortas Dukan. De hecho, por la mañana yo desayuno normal, mi bocadillo de jamón serrano, pollo o pavo y mi cafelito. No tengo la prohibición del pan por la mañana, pero me imagino de todo depende de quien está haciendo la dieta y según las necesidades del cuerpo. Imagino que al no tener que perder tantos kilos la endocrina me dejaba los bocadillos mañaneros con el requisito que fuera jamón serrano, pavo o pollo.
Un consejo: mientras he leído tu post me he puesto esa musiqueta que has colgado y la experiencia es buena, reconfortante. Te aconsejo que la pongas arriba del post y recomiendes darle al play y luego ponerte a leer. Mira, lo voy a aplicar a mi blog en alguna entrada que sea larga y con sentimiento, jejeje.

Un buen preplaya dijo...

Muchísimas gracias. Me abrumas. Y ahora no es ningún chiste. Haré caso de tu consejo y la pondré al principio del post.

Mi endocrino también me dejaba comerme un bocadillo por las mañanas. De 60 g de pan. No sé que pasó que cada día el bocadillo era más grande, je je je je. No hay milagros en esto, ni secretos universales. Cada uno debe conocerse y buscar la forma de sentirse bien. Incluso con esto.

Un abrazo a ti y a l'arquera.

Jotapé dijo...

Ostras, has puesto la músiqueta al principio también, jeje...mola tío, te pones la música, vas escuchando y vas leyendo algo tan profundo como tus palabras.. genial, tío, pero no te enfades si te copio el invento para mi blog, la idea es idonea para este tipos de posts.
Lo del bocadillo supongo que depende de muchos aspectos. No es lo mismo querer perder 10 que 30 y me imagino que todo está bien estudiado para que el éxito para el paciente sea un 10 total. Ellos son los que sabe cómo hacerlo.

Si te soy sincero, la semana pasado no bajó nada y esta va por el mismo camino. No me paso en nada y como lo que toca, mi mujer baja pero yo no.. es raro... también me noto hinchado y nu se...como que algo pasa, como que está parada la cosa. Por suerte, no tengo que pesar, pero tengo que racionar con sentido común.
En fin... voy a seguir paseando hasta llegar al último post, jejeje...

Un buen preplaya dijo...

Puedes copiarme hasta los textos si quieres... No te preocupes.

Y en cuanto a lo otro, paciencia. Lo importante es que tengamos un ojo en la báscula y otro en la nevera. Si hacemos las cosas bien llegarán los resultados. Eso te lo garantizo.

kortatu dijo...

¿Has puesto esta música porque te gusta, o porque te identificas con el cantante?

Un buen preplaya dijo...

Bueno, está claro que tenemos un problema parecido. A él lo superó. No sé si sabes que falleció hace algún tiempo.

Pero no. No me identifico con él en absoluto más allá de esta canción. Sobre todo, porque no se mucho de su vida. Sólo se que era hawaiano y que conseguía tocar el ukelele como los ángeles con unas manos grandísimas.

Descubrí esta canción en los créditos finales de la película descubriendo a forrester. Es una versión preciosa de dos clásicos ¿no crees? Y eso no es fácil.

Benicio del Toro dijo que hacer una versión era como liarse con una viuda. Tienes que tener respeto, pero en algún momento hay que ponerse al lío. Reconocía con esto que era algo serio. Uno no puede tomarse a la ligera el hacer versiones de grandes canciones.

Y en este caso no se lo toma a la ligera. Es de las canciones más bonitas que he escuchado en mi vida. Más incluso que las originales. Y me parece genial que haya quien nos diga que el mundo es maravilloso, que vivir vale la pena, que las personas son sorprendentes, que la generosidad existe, que hay días pintados con plastidecor y cabras tocando el violín.

Me gusta tanto, que me da igual si es mentira.

Un abrazo

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