sábado, 25 de junio de 2011

Lo complicado y lo complejo



Hoy he ido a la playa por primera vez este año y he disfrutado como un enano. Hemos llegado muy pronto, a eso de las diez, cuando todavía puedes elegir donde dejar la toalla. Queríamos andar un rato antes de vaguear así que hemos dejado las cosas en el coche y hemos recorrido la playa de arriba abajo hasta que hemos empezado a tener calor. Me gusta mucho pasear por la orilla, con el agua hasta los tobillos, aunque sea algo más pesado que andar por seco.

Después de la caminata he inaugurado la temporada de chapuzones con una lenta incursión en el territorio acuático. Muchos aish y muchos mierdas putas que dejaban claro que me parecía que estaba fría y un ohhh final que decía que llevaba mucho tiempo esperándolo. Para mí, poder darme un chapuzón es lo mejor del verano. Me cuesta creer que hubo una época en que me lo perdía por voluntad propia.



Yo tendría unos veinte años y no soportaba la idea de que alguien me viera sin camiseta. Pensar en ello era suficiente para ponerme nervioso así que no iba a la playa. Ni a la piscina, ni al río ni a ninguna masa de agua dulce o salada que tuviera que compartir con nadie. Tres o cuatro años estuve sin bañarme y sin que el sol contemplara mis michelines. Contando con que bañarme es una de mis actividades preferidas puedo decir que resulta triste. A mí me parece triste.

Sé que aceptarse a uno mismo es complicado. Todos tenemos cosas que no nos gustan y todos creemos que hay cosas por cambiar. A todos nos gustaría ser distintos en algún aspecto y es posible que eso no sea malo. El problema es cuando esas cosas nos hacen pensar que somos menos que el resto o que vale la pena hacer el esfuerzo para ocultarlas. Es cuando lo complicado se convierte en un complejo. Sé que uno no puede sentirse bien con uno mismo cuando tiene un serio problema de sobrepeso, pero no puede permitirse aceptar que eso le esté secuestrando la vida.

A veces parece que terminar una dieta es como usar un tampax según el anuncio. Es como si creyéramos que una vez terminemos la dieta podremos ir a la playa, a la piscina, a dar una vuelta en bicicleta... Y como eso lo haremos cuando terminemos la dieta, simplemente lo evitamos hasta que no la terminemos. Y eso me parece de mucha crueldad con nosotros mismos. Muchos de nosotros tenemos que hacer un esfuerzo por estar bien, para sentirnos bien. Algo que debería ser natural no lo es; es algo que debemos procurarnos. Y algunos ni siquiera saben lo importante que es.

Imaginad que estáis en una discoteca. Se acerca a vosotros una persona sonriente, parece contenta y que se lo está pasando bien (elegid vosotros el sexo de esa persona). Después de hablar cinco minutos con ella descubrís que es una persona simpática, agradable y con bastante seguridad es si misma. ¿Verdad que a todo el mundo le parece una buena idea? Claro, porque estáis en una discoteca ¿no?

Pues imaginad que estáis haciendo una selección de personal para la empresa. A la entrevista llega un chico sonriente, parece contento, que se lo pasa bien con aquello. Después de hablar cinco minutos con él descubrís que es una persona simpática, agradable y con bastante seguridad en si mismo. ¿Verdad que ganaría puntos?

Pero espera... que eso es laboral. Imagina que tu hermana te dice que ha conocido a un chico simpático y alegre. Se ve que es de trato agradable y que tiene bastante confianza en el mismo. ¿A que te entran ganas de conocer a tu cuñado? ¿A que parece fantástico de eso de estar sonriente y alegre, mostrarse agradable y tener confianza en uno mismo? ¿Porque a todos nos gustaría ser así y después resulta que nadie lo es?

Sonreír es fácil. La gran mayoría de nosotros somos afortunados, nos gusta el mundo en el que vivimos a pesar de sus defectos y tenemos nuestras ilusiones. Algunas pequeñas y otras no tanto. ¿Porque no vamos a sonreír a los demás? Yo sonrío a mis compañeros de trabajo, a mis amigos y a la panadera. ¿Tanto cuesta?

Ser agradable de trato es tan solo evitar las actitudes agresivas y mostrar un mínimo interés por los demás. ¿De verdad que la gente no se da cuenta de lo que puede llegar a ser de interesante otra persona?

Tener confianza en uno mismo no es saberse mejor que nadie; no es alabar nuestras virtudes ni esconder nuestros defectos; es conocerlos, conocerme a mi mismo, y saber que esas virtudes y defectos no me hacen peor que nadie por más que me hagan distinto. Todos deberíamos saber que vale la pena dedicar tiempo para conocernos, que tenemos cosas que ofrecer y que somos auténticos. Todos deberíamos ser capaces de mirar de frente porque lo que piensen o digan de mí aquellos que no me conocen no puede herirme.

Así que todos podemos ser agradables y todos podemos tener confianza en nosotros mismos. Todos podemos arreglarnos y salir a la calle a descubrir el mundo con una gran sonrisa. Todos, menos aquellos que tienen más complejos de los debidos.

Yo mismo me siento algo acomplejado aún. Conozco gente acomplejada por delgada, gente acomplejada por fea, gente acomplejada por tonta o gente acomplejada por loca... Gente acomplejada por sola, gente acomplejada por sus vicios y gente acomplejada por su pasado. Gente acomplejada por gorda, gente acomplejada por alta y gente acomplejada por calva. Gente acomplejada por débil y gente acomplejada por tierna. Gente acomplejada por ruda y gente acomplejada por cobarde. Unos son más evidentes que otros, pero están ahí..Conozco a mucha gente, os lo prometo, dedico mucho tiempo a hacerlo, y he conocido muy pocas personas de las que pueda asegurar que no cargan con ningún complejo. Y esas personas, sin discusión alguna, son felices.

El resto, la mayoría, nos hemos sugestionado hasta el nivel de creernos que no podemos ser felices hasta haber superado un problema. Y nos hemos sugestionado hasta tal punto que somos incapaces de dudar.

Ahora se ha puesto de modo esto de la autosugestión. Se escriben libros diciendo que si piensas en positivo que vas a alcanzar una meta, al final la alcanzas. Lo visten de mística y filosofía barata, pero a eso se le ha llamado sugestión toda la vida. Te machacas lo suficiente con un mensaje que al final lo interiorizas. Repítete un millón de veces que no te quieren porque estás gordo, convéncete de ello y verás la importancia que pasa a tener el sobrepeso.

Lo parte buena de estos libros es que saben vender una idea muy poderosa: podemos controlar cómo nos autosugestionamos. Nos hemos pasado la vida machacándonos con nuestros defectos y hay que aprender a machacarnos con la bella y constructiva imagen de nuestras metas. Es la misma herramienta usada de dos formas distintas. Sabéis tan bien como yo que la hemos usado mal. Nos toca aprender a hacerlo bien.


No hay comentarios:

Publicar un comentario